domingo, 30 de octubre de 2011

Quiero una cena de Difuntos!!

Mañana es la noche de difuntos o Halloween o como le queramos llamar.
La tradición de Halloween, que se celebra principalmente en Estados Unidos, viene de la tradición celta de Samhain y de la cristiana de Todos los Santos. Aunque parezca tener un origen religioso, no se trata tanto de esto en este caso. Halloween es una derivación de "All hallows eve" (víspera de Todos los Santos). Los celtas en esta ocasión, sin embargo, celebraban el final del verano, momento en el que se estrechaba el paso de este mundo al Otro Mundo. Ya sabéis todos como se celebra: "truco o trato", fiestas de disfraces, leer hisotias de miedo, ver películas... bastante divertido como para no copiarlo de vez en cuando.
Todos los Santos sí que es una festividad religiosa, instaurada para conmemorar a todos los santos y santas. Se celebra no sólo por parte de la Iglesia católica, también la ortodoxa, la anglicana y la luterana. En algunos lugares se celebra como Todos los difuntos o Día de los Muertos, siendo en todos los casos hoy en dia una conmemoriación de los fallecidos, dándoles ofrendas, sean flores, comida, etc. Hay diferentes tradiciones relacionadas con Todos los Santos que no difieren tanto de la celebración del fin del verano y bievenida de la nueva estación.
Ya sea porque queréis despedir el buen tiempo, conmemorar a los muertos, pasar un rato divertido con amigos, o tratar de que no se enfaden los muertos ahora que pueden cruzar a nuestro lado, os presento algunas ideas muy muy sencillas para una cena informal de difuntos.



Podéis ver una tortilla sencilla de la que salen unas salchicas como si fueran los dedos de un zombie saliendo de la tierra.
Podéis ver los dedos de momia, que no son sino salchichas frankfurt envueltas en hojaldre.

La tortilla zombie no es sino una tortilla hecha con colorante, y los ojos se hicieron con miga de pan y paté de aceitunas negras. Pero el efecto es bastante gracioso.

Otra cosa que causa bastante efecto es tallar un melón como si fuera un cerebro... ¿A quién no le gusta el melón con jamón?

Realizar postres es fácil también. Sirva de ejemplo este cementerio realizado con un pastel de chocolate, siendo el suelo del mismo migas de galleta, y decorado con sencillez.

Gracias a las amigas y amigos con los que compartimos cena de Halloween hace un par de años, porque todos fueron muy creativos, aun hay otros bocados que no he puesto en este artículo. Sólo son sugerencias, seguro que todos podéis idear nuevas recetas y decoraciones.
En este caso es muy fácil la aportación final al artículo...


¡Buen provecho!

Haz tu propio fiambre

Natural, sin conservantes y especiado al gusto... el cielo es el límite en tu propio fiambre casero. No es la receta más sencilla, pero tampoco es excesivamente trabajoso.
Los ingredientes son:
- 300 gr. aproximadamente de pechuga de pollo
- 100 gr. de sémola de trigo
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 60 gr. aproximadamente de queso en crema
- 3 huevos
- sal (a mi gusto queda un poco soso, así que me parece importante destacarlo).

Y después, al gusto:
- hierbas y especias. Esto os da un montón de posibilidades.
- pistachos, o aceitunas o lo que se os ocurra para el fiambre.

La receta la he sacado de Pequerecetas.
El procedimiento es fácil.
Triturad el pollo,en crudo,  y después es cuestión de mezclar con el resto de los ingredientes: sémola, aceite, queso, huevos, y especialmente las especias, hierbas y sal, y los pistachos o aceitunas. Estos últimos sin trocear, como en la típica mortadela de aceitunas.
Debería quedar algo así:


Después lo más "divertido" de la receta, hay que darle forma de fiambre envolviendo la masa en film de plástico previamente engrasado (con aceite va bien). Yo me dediqu´´e a envolverlo muy bien para que no hubiera fugas.
Por lo que he leído, hay films de plástico más resistentes, para cocinar. Yo utilicé el que tenía por casa, y se quemó un trozo, pero porque hubo una "fuga" de la pasta, no estaba bien sellado. Por lo demás, no hubo problemas.
Mientras, recordad precalentar el horno. Después hay que introducir el fiambre a 180 grados en la bandeja del horno llena de agua, es decir, vais a cocinarlo al baño maría en el horno. Debe ser suficiente como para cubrir tres cuartas partes del fiambre, aproximadamente.
Se debe cocer unos 45 minutos.

Una vez cocinado, lo dejáis enfriar fuera del horno, y una vez frío lo guardáis en la nevera. Y ya podéis comenzar a cortar deliciosas rodajas de vuestro fiambre.
Lo bueno es poder experimentar con especias, hierbas y lo que se os ocurra.
Una buena receta para un desayuno energético o una cena de picoteo.

Por cierto, hablando de fiambres, recomendación cinéfila para estos días de difuntos: cena con amigos, fiambre de pollo (y alguna cosa más, que conste) y "Un cadáver a los postres", lo podéis acompañar de algún juego tipo "Los lobos" o "Cómo organizar un asesinato".


¡Buen provecho!

miércoles, 26 de octubre de 2011

Ricuras del otoño


Qué puedo decir... ¡me encanta la calabaza! Crema, pastel, madalenas, asada y cortada en finas tiras para una ensalada, en pastel, en un guiso...
Calabaza... ¡yo te llevo en el corazón!



martes, 25 de octubre de 2011

"Blondies", los brownies de chocolate blanco

La receta de brownies es una de las primeras de repostería que hice, resultaba tan fácil y con tan buen resultado que la hice bastantes veces, improvisando nuevas variantes con ella. Años después, tras leer páginas de internet de repostería y cocina, encontré los blondies. No recuerdo exactamente qué receta es en la que me baso, pero desde que los probé... ¡se han convertido en uno de mis dulces favoritos! Y aunque parezca lo contrario, no suelo tomar mucho dulce, aunque me encante cocinarlo, pero he de reconocer que no se puede comer un sólo trozo de blondie. Quizás sea el limón en la masa lo que le da el toque de diferencia esencial, es decir, no es simplemente un brownie cambiando el color del chocolate.
Los ingredientes son:
- Unos 400 gramos de mantequilla, lo que equivale aproximadamente a dos paquetes quitando a cada uno un par de cucharadas, que nos podrán servir para engrasar los moldes.
- 3/4 taza de azúcar blanco
- 1 taza de azúcar moreno o de panela.
- 2 limones.
- 6 huevos
- 3 tazas de harina
- 1 sobrecito de levadura.
- 300 gr. de chocolate blanco. Aunque yo lo he hecho usando dos tabletas, que las de chocolate blanco son finitas, y ha salido bien la cosa.

Cuando hablo de tazas, me refiero a una taza grande, "de desayuno", no de café, yo es la que uso y trato de este modo de simplificar las medidas para no tener que estar con la báscula de cocina. En general, trato de simplificar el proceso, siempre que esto no afecte a la receta para mal.
Se bate la mantequilla fundida con el azúcar y la panela o azúcar moreno, hasta que quede una mezcla suave.
Se rallan los limones, y se incorporan a la mezcla. Después, se incorporan los huevos uno a uno.
Se mezcla la harina con la levadura y se incorpora a la mezcla, batiendo bien para que no queden grumos.
A continuación troceais el chocolate blanco, en trozos pequeños... pero lo suficientemente grandes como para que sea una delicia al comerlo, no sé si me explico. A mí me gustan los "grandes tropezones".
Se mezcla. Y ya tenéis la masa.

Precalentáis el horno, y mientras engrasáis los moldes. Con esta receta sale bastante cantidad de masa, a mí me sirve para rellenar moldes para muffins y uno redondo de tarta (hago una tarta entera de blondie, increíble).
Vertéis con cuidado la masa en los moldes, sin llenarlos del todo, porque al hornearlo sube un poco.
Horneais a 175 grados durante aproximadamente 25 minutos. Ya sabéis, mejor comprobarlo con la punta de un cuchillo, para asegurar que esté bien cocinado.


Al sacarlo, mi recomendación es espolvorear por encima azúcar glass como toque final. La masa ya es dulce, pero a mí me gusta no sólo por el sabor, sino también por la textura al comerlo y por la presentación.
Se trata de un dulce muy rico, es una de mis recetas de repostería favoritas y casi debería arrepentirme de revelarlo.
Un último consejo: regala algunos de estos a personas especiales para ti. Te van a querer aún más. Arrancan sonrisas.


Como arranca sonrisas, se puede acompañar también de una película bonita pero triste y dar bocados hasta terminar con las reservas de blondies.


¡Buen provecho!

domingo, 16 de octubre de 2011

NUEVA YORK (I)

Una de las cosas que más me gusta y de las que más me fijo cuando viajo es en la comida. No se trata de una necesidad de hartarse a comer, sino que la comida forma parte de la vida cotidiana, de las constumbres, del folklore y de la historia de cada lugar, que te transmite todo eso con los olores, sabores, texturas y colores. Que te acerca a como vive o ha vivido la gente allí. Que te relaciona con la gente del lugar al que viajas.
Y bueno, también que te aporta placer. Incluso aun cuando no te gusta lo que pruebas, está el placer de probar cosas nuevas. Y si te gusta, qué voy a decir, está el placer de saborearlo.
Por eso esta sección de "Qué comer en dónde" tratará de dar sugerencias para viajes futuros, y sería estupendo que se pudiera ir completando con aportaciones vuestras.
Comenzaremos por un lugar en Nueva York donde pude comer uno de los mejores bocadillos que he tomado. El bocadillo de pastrami de Katz´s Delicattessen.

Estaba recomendado en nuestra guía de viaje, está situado en el Lower East Side. En estos delicattessen venden bocadillos, bagels y cosas así, bastante bien de precio. El sitio creo recordar que es bastante grande, así que no hay problema con las mesas.
El restaurante es bastante conocido por la escena de "Cuando Harry encontró a Sally" del orgasmo, bastante popular.

Cuando llegamos vimos que el más popular de todos los bocadillos era el de pastrami. El pastrami no es habitual en España, de hecho yo no estoy segura de haberlo probado antes de este viaje. Por lo que leo, el pastrami parece haber llegado a Estados Unidos a través de la inmigración judía de Rumanía. Se elabora con carne roja en salmuera.

El bocadillo es grande y muy lleno de carne, ya sabéis que hay en sitios que con una o dos lonchas de embutido y un poco de lechuga ya está. Eso no es lo que tomaréis si pedís este bocadillo de pastrami. LLeva mostaza, y es muy sabroso.
A continuación, una foto para acabar y que se os haga la boca agua.
Por cierto, el sitio tiene página web, por si queréis localizarlo.
Que aproveche

Para comenzar, tortitas de manzana fritas

Para comenzar, vamos con una receta sencilla, de las que casi no hay ni que despegarse de las sábanas para poder hacerla, lo cual tiene sus ventajas: un desayuno de domingo de otoño perfecto, poniendo el toque de canela necesario para activarse y dar un paseo o para quedarse en la cama un rato más... un desayuno rico en 10-15 minutos perfecto para compartir.
Los ingredientes para aproximadamente una docena de mini-tortitas son:
1 manzana, 2 si son pequeñas. Verdes, no digo más.
1 cucharada sopera de harina, colmadita
1 huevo
2 cucharadas de azúcar
100 ml de leche
2 cucharadas de mantequilla
1/2 cucharadita de levadura.
Aceite para freir

Yo advierto que soy un poco intuitiva, y si veo que a una masa le falta densidad, pues le echo un poco más de harina y listo... Pero en principio con esto debería salir bien.
Mezclamos harina, levadura, azúcar, huevos y leche. Fundimos la mantequilla e incorporamos. Mezclamos bien hasta que la pasta esté bien ligada, es fácil evitar los grumos ya que lleva muy poca harina.
Pelamos la manzana y la cortamos muy fina. Yo opté por cuadraditos pequeños.
Otra opción, aunque no es la que yo sigo, es cortarla en rodajas muy finas y rebozarlas en la masa, y freir de este modo.
Yo lo que hice fue

Queda bastante poco denso, he de advertir, para que no os sorprenda. No se puede modelar con las manos, se echa en la sartén vertiendo la masa con una cuchara sobre el aceite.
Antes de freir, yo preparé una mezcla de azúcar glass y canela. La cantidad, al gusto. A mí personalmente me gusta que el azúcar glass forme una buena capa que se endurezca sobre la tortita.

Ponemos la sartén al fuego con aceite suficiente para freir. Una vez que esté caliente, vertemos mezcla de las tortitas dejándola caer de la cuchara. Como os he dicho, no es una mezcla manejable con las manos.


Así que simplemente freir las tortitas hasta que queden doradas. Tened en cuenta que son tortitas, pequeñas y finas, por lo que enseguida se hacen... ¡cuidado no se quemen! Procurad verter poca cantidad y que quede fina, para que se hagan bien.

Para terminar, una vez fritas, espolvoread la mezcla de canela y azúcar mientras estén calientes las tortitas.

Perfecto. Ahora ya tenéis las tortitas. Lo mejor es comerlas aun calientes. Estarán estupendas con un zumo de naranja y/ o un buen café. ¡Muy buenas para un desayuno de medio día!

Otra recomendación para la mañana de domingo es escoger una buena comedia y echar unas risas tapado con la manta en el sofá, mientras tomas un bocado...


¡Buen provecho!