La calabaza es para mí uno de los mejores inventos: tanto en dulce como en salado, es muy sabrosa y tiene muchísimas combinaciones. Cosas tan sencillas como una crema de calabaza o simplemente un poco de calabaza a la plancha o al vapor en una ensalada... yum yum.
Una de las cosas que amí más me gusta hacer es repostería con calabaza, en concreto lo que más he cocinado son ricas magdalenas de calabaza para desayuno,almuerzo, merienda... o cuando gustéis.
Los ingredientes son:
400 gramos de calabaza
400 gramos de azúcar (aunque si son 300 gramos queda menos dulce, pero muy rico, para los menos golosos). Recomiendo azúcar moreno.
4 huevos
300 gramos de harina blanca
2 cucharaditas de levadura
175 ml. de aceite de oliva o girasol. Recordad que el aceite de oliva se va a notar más en cuanto al sabor.
1 cucharadita de canela (opcional, pero muy recomendable).
1 puñado de nueces o 2-3 cucharaditas de semillas de amapola.
La receta, super fácil.
Primero elaboráis la masa. En este caso no hay que batir los huevos de ninguna forma determinada, no hay nada más complejo que ir vertiendo en un bol los ingredientes de la masa...
Después se añade la calabaza troceada, en daditos, para que se reparta bien en todas las magdalenas. Se puede añadir tanto en crudo, y se horneará con el resto de ingredientes, quedando más consistente, o ya previamente cocinada. Yo en el segundo caso la he hecho un poco al vapor, por no perder el tiempo, y lo cierto es que se deshace más, se integra más con la masa. A mí me gusta mucho así. Sin embargo, esta vez la eché en crudo.
A los que os gusta mucho también la calabaza, os gustará de cualquier forma.
En cuanto a la canela, a esta receta le va muchísimo, le da un aroma muy bueno. La cantidad es aproximada, luego depende del gusto de cada uno. Si tenéis otras especias, lo bueno es experimentar. Yo en esta ocasión eché una mezcla preparada de "pan de especias" con canela, jengibre y no sé qué más que me traje de mis vacaciones en Francia este verano.
Se mezcla bien todo. Si vas a echar nueces o algún fruto seco, mézclalo en la masa directamente. También se puede, tras verter la masa en los moldes, poner un par de nueces encima, o como es mi caso, unas cuantas semillas de amapola. Al cocinarse tienen más sabor que en crudo.
El horno, como siempre, hay que precalentarlo.
Horneais las magdalenas aproximadamente veinte minutos a 180 grados.
Al sacarlas, si queréis, se puede echar aún en caliente azúcar glass por encima. Si no tenéis muy claro qué es mejor, como con la cantidad que os he dicho os saldrán fácilmente quince magdalenas, podéis hacer de ambas.
La receta, con la calabaza, la canela, las semillas... es muy aromática, perfecta para los desayunos de invierno, con una bebida bien caliente.
No sé... esto de las magdalenas, la bebida caliente... me viene cierto sabor a infancia...
Que aproveche!
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