domingo, 15 de julio de 2012

Al rico Pesto

Me encanta el pesto. Es algo que me puede. No puedo ser razonable con el pesto y comer poco. Como hasta ahora era algo que debía comprar de propio, pues no tomaba a menudo. Pero en esta semana nos trajeron con la cesta ecológica dos ramas muy grandes de albahaca, y aparte de que la cocina olía super bien, algo había que hacer con ella, y hay un límite al aderezo que se le puede echar a carne, ensaladas o pastas mientras dura fresca la albahaca. Así que recordé que en uno de mis libros de cocina que creo que ya he mencionado, "Cocino el dobe y congelo" de Editorial Everest, salía no sólo la receta del pesto, sino como congelarlo y cuánto dura.
La realidad es que para realizar un buen pesto sí que hace falta tener unos ingredientes que al menos en mi cocina no son habituales de por sí, pero una vez que he probado que la cantidad de pesto que sale el generosa y que se puede congelar, quizás sí que merezca la pena. Espero que juzguéis vosotras y vosotros mismos.
Los ingredientes de esta variante son:
- 110 gramos de albahaca.  
- 80 gramos de piñones.
- 100 gramos de parmesano.
- Casi 2 dl. de aceite de oliva virgen extra.
- Entre 3 y 4 dientes de ajo, al gusto.
- Sal, al gusto.
Ahora os diré la verdad de cocinera aficionada. Lo mejor es que con estos ingredientes vayáis preparando la mezcla y vayáis probándola, es decir: lo he hecho un poco a ojo. Y está delicioso. Pero no sabría decir si llegué a echar 95 o 100 gramos de queso, o 1,7 o 2 dl. de aceite de oliva, ya que iba vertiéndolo en la batidora, viendo la textura y probando.
Lo que sí que necesitaréis es una batidora-picadora o robot de cocina o como queráis llamarlo.
Yo no lo utilizo demasiado normalmente, no estoy acostumbrada, pero cuando lo hago pienso en el buen resultado que obtengo y en sacarle más partido. La verdad es que quedó un pesto estupendo.
Lo primero que debéis hacer es lavar la albahaca y secarla, puede ser con un trapo de cocina limpio o como yo hice, con cuidado y papel de cocina dejándolo un rato aboserver. Después cortáis las hojas de la albahaca y las vais echando en el vaso del robot (me encanta poder utilizar la palabra robot así, en plan casero).
Despues añadís aceite, ajo, queso y vais batiendo. Luego añadí los piñones, cuando ya había picado y batido lo suficiente, y fui corrigiendo del resto al gusto, como os digo: un poco más de aceite, un poco más de sal... Las proporciones que he puesto son las aproximadas.
Después, algo básico: probarlo. No puedo poner nada en el blog, no puedo guardar, congelar ni mucho menos regalar algo de comida sin haberlo probado. Así que un poco de pan tostado y...

¿Qué os parece el aspecto? Aproveché para echarle un vistazo a los libros que había sacado. Por una parte el que ya he mencionado, "Cocino el doble y congelo", tiene una selección de platos apetitosos y resulta bien interesante cómo te explica como congelar cada plato para su buena conservacíón y descongelación, y cuánto tiempo debe estar. Es bastante interesante controlar si al cocinar un plato, debes congelar por separado la parte fuerte de la salsa, o no, cuánto tiempo, en qué recipiente.
Por otra parte, eché un vistazo a La cuccina verde , un delicioso libro de cocina vegetariana italiana que aun tengo que explorar y experimentar, un precioso regalo de cumpleaños de mi hermano con unas ilustraciones preciosas, incluso a quien no le entusiasme la cocina pero sí las ilustraciones, merece la pena echarle un ojo.
Una vez comprobado que el pesto estaba delicioso lo metí en recipientes, para lograr dos cosas: la primera, su óptima conservación, reservando una parte para comer entre esa noche y mañana, otra para regalar y otra para congelar. La segunda, para evitar comérmelo todo o casi todo.
Utilicé un frasco de cristal con cierre hermético para regalar, y para congelar aproveché pequeños botes de plástico con tapa que rescatamos de cuando pedimos comida china o japonesa a domicilio, ya que son donde vienen las salsas de soja y agridulce, y son estupendos para reutilizar.
Como teníamos mucha mucha albahaca como os he dicho, aprovechamos también para poner a macerar algo de aceite con albahaca, consejo de nuestra amiga María José para tener un rico aceite para las pizzas, pastas, ensaladas etc.
Como sugerencia, aunque los piñones están integrados en el pesto, yo le he añadido unos cuantos en crudo, tanto por lo rico que estará al comerlo como por la presentación.
Como sugerencia de presentación para una comida o cena, yo lo serviría (si no está ya en el plato que sea) con un poco de parmesano rallado por encima (a mí me sobró muy poco, pero servirá para este detalle) y unos piñones.
Según la receta en la que me baso, el pesto puede conservarse hasta 2 meses en el congelador, y a mí me ha servido para hacer al menos un bote para regalar, dos para congelar y uno para comer. No son raciones muy abundantes, pero el pesto no es una salsa para "regar" la pasta con ella, se toma en su justa medida, ya que el sabor es muy intenso.
Espero que algún día experimentéis esta receta y que la disfrutéis tanto como yo, anoche, casi recién hecho, en una sencilla tostada de pan de pasas con un poco de pesto y un trozo de jamón de york... delicioso... o en ensalada, en pasta, he probado incluso pizzas con pesto... Como suelo deciros con esto de la comida (aplicable a todo), imaginación al poder.
¡Qué aproveche!
Por supuesto, a cocinar y a vivir bailando

No hay comentarios:

Publicar un comentario