martes, 25 de octubre de 2011

"Blondies", los brownies de chocolate blanco

La receta de brownies es una de las primeras de repostería que hice, resultaba tan fácil y con tan buen resultado que la hice bastantes veces, improvisando nuevas variantes con ella. Años después, tras leer páginas de internet de repostería y cocina, encontré los blondies. No recuerdo exactamente qué receta es en la que me baso, pero desde que los probé... ¡se han convertido en uno de mis dulces favoritos! Y aunque parezca lo contrario, no suelo tomar mucho dulce, aunque me encante cocinarlo, pero he de reconocer que no se puede comer un sólo trozo de blondie. Quizás sea el limón en la masa lo que le da el toque de diferencia esencial, es decir, no es simplemente un brownie cambiando el color del chocolate.
Los ingredientes son:
- Unos 400 gramos de mantequilla, lo que equivale aproximadamente a dos paquetes quitando a cada uno un par de cucharadas, que nos podrán servir para engrasar los moldes.
- 3/4 taza de azúcar blanco
- 1 taza de azúcar moreno o de panela.
- 2 limones.
- 6 huevos
- 3 tazas de harina
- 1 sobrecito de levadura.
- 300 gr. de chocolate blanco. Aunque yo lo he hecho usando dos tabletas, que las de chocolate blanco son finitas, y ha salido bien la cosa.

Cuando hablo de tazas, me refiero a una taza grande, "de desayuno", no de café, yo es la que uso y trato de este modo de simplificar las medidas para no tener que estar con la báscula de cocina. En general, trato de simplificar el proceso, siempre que esto no afecte a la receta para mal.
Se bate la mantequilla fundida con el azúcar y la panela o azúcar moreno, hasta que quede una mezcla suave.
Se rallan los limones, y se incorporan a la mezcla. Después, se incorporan los huevos uno a uno.
Se mezcla la harina con la levadura y se incorpora a la mezcla, batiendo bien para que no queden grumos.
A continuación troceais el chocolate blanco, en trozos pequeños... pero lo suficientemente grandes como para que sea una delicia al comerlo, no sé si me explico. A mí me gustan los "grandes tropezones".
Se mezcla. Y ya tenéis la masa.

Precalentáis el horno, y mientras engrasáis los moldes. Con esta receta sale bastante cantidad de masa, a mí me sirve para rellenar moldes para muffins y uno redondo de tarta (hago una tarta entera de blondie, increíble).
Vertéis con cuidado la masa en los moldes, sin llenarlos del todo, porque al hornearlo sube un poco.
Horneais a 175 grados durante aproximadamente 25 minutos. Ya sabéis, mejor comprobarlo con la punta de un cuchillo, para asegurar que esté bien cocinado.


Al sacarlo, mi recomendación es espolvorear por encima azúcar glass como toque final. La masa ya es dulce, pero a mí me gusta no sólo por el sabor, sino también por la textura al comerlo y por la presentación.
Se trata de un dulce muy rico, es una de mis recetas de repostería favoritas y casi debería arrepentirme de revelarlo.
Un último consejo: regala algunos de estos a personas especiales para ti. Te van a querer aún más. Arrancan sonrisas.


Como arranca sonrisas, se puede acompañar también de una película bonita pero triste y dar bocados hasta terminar con las reservas de blondies.


¡Buen provecho!

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